Estoy de regreso después de una odisea con HIV y COVID-19.

Dos días después de que me entraron gotas de células de un paciente con HIV en el ojo, también me dio COVID-19. Sí, me llovió sobre mojado. Entre el tratamiento profiláctico contra VIH, los síntomas de COVID-19 y el estrés que todo ocasionó, perdí cinco kilos en una sola semana. Para acabarla de amolar, me compliqué por COVID y llegué a la sala de Urgencias en dos ocasiones.

Axo reaccionó muy maduro ante mi estado. Entendió que estaba enferma y que me sentía muy mal; cuando tuve que ir al hospital él estaba muy preocupado y comenzó a temer porque fuera a morir. Es muy importante hablar con los niños y explicarles en sus palabras muy bien de qué se trata cualquier asunto. Los niños y las niñas son muy listos y entienden más de lo que pensamos.

No hay peor tormento que la incertidumbre. Entre que si era positiva o no para HIV y luego entre que me hospitalizaban o no por Covid, viví unos días muy turbios. El estrés laboral también permeaba en todas direcciones. Como antes conté, estábamos en el Instituto comenzando un estudio sobre el efecto de la vacuna contra Covid y ese proyecto era imperante. Mi papel era, si no muy crucial, sí muy importante para llevar a cabo la coordinación del Biobanco y además para poder realizar el estudio del sistema inmune en aquellas personas que reciben la vacuna. Así que me angustiaba no poder regresar a trabajar, no poder avanzar en mis proyectos y además no poder ayudar en casa sintiéndome así de mal. Me pasé 10 días en cama con fiebre mañana, tarde y noche y luego disnea o dificultad para respirar. Las estadísticas indican que aquellos pacientes con Covid que se complican, al décimo día son hospitalizados. Y para no fallarle a los cálculos, justamente el décimo día llegué a Urgencias por dificultad para respirar y fiebre. Tuve la gran fortuna de que me dieron a elegir entre llevar el tratamiento a casa u hospitalizarme. Esto porque mi saturación de oxígeno no estaba -tan mal-. Así que sin pensarlo le dije al médico que me trató, en el mismo hospital donde trabajo, que me iba a casa. Él me dejó ir con la condición de que si no mejoraba en tres días, regresaba directo a hospitalización. Y fue tanto mi deseo de recuperarme que tomé el tratamiento al pie de la letra como nunca antes, me dieron tratamiento inhalado y cortocisteroides en dosis altas. Sentí mejoría, pero al tercer día recaí y tuve que regresar a Urgencias. Estuve un buen rato en la sala de Emergencias, me tomé una buena dosis de paracetamol antes. Además de que la fiebre comenzó a disminuir ya estando en Urgencias, mi saturación seguía nuevamente no tan mal. En casa las mediciones eran my bajas, pero con caminar, ir en auto y esperar en el hospital, la saturación mejoró. Así que fui tan afortunada de poder regresar a casa con Feli y los niños. A partir de ese día comencé a mejorar y tres semanas después del diagnóstico inicial ya estaba de vuelta en mi trabajo coordinando el gran proyecto de la vacuna contra Covid-19.

Los estudios de HIV dieron negativo al mes y pude dejar de tomar tratamiento. También un mes después de esos días tormentosos, ya había recuperado no sólo los 5, sino tres kilos más! El regreso al trabajo, si bien fue estresante, fue lo mejor que pude haber hecho para reincorporarme a la vida normal, a movilizarme y a recordar el gusto por lo que hago. Tanto es así, que el gran estudio de pacientes inmunosuprimidos que reciben la vacuna ya fue enviado a publicación. El análisis de los resultados del otro proyecto sigue en pie y otros proyectos están surgiendo. Me fui de vacaciones al paraíso Escandinavo entre bosques, lagos, mares y pueblos. Regresé recuperada casi por completo de Covid y ahora hasta vacunada estoy con doble esquema.

Ésta es la vista que tuve por diez días seguidos. El sol afuera me daba nostalgia, pero prefería estar envuelta en las cobijas. Con la fiebre ni ganas tenía de hacer otra cosa que estar envuelta como niño Dios. Con la dificultad para respirar, tenía que voltearme, levantarme, dar uno o dos pasos, etc. Sentir que no puedes respirar es uno de los peores síntomas que se pueden experimentar. Por fortuna, los tratamientos ayudan.

Me siento tan afortunada por poder contar mi experiencia desde la comodidad de mi casa y la tranquilidad de que estoy nuevamente sana. La cereza en el pastel, y no les miento, me siento mucho mejor que antes.

Mi consejo: cuídense, la salud es lo más preciado que uno puede poseer.

Un comentario en “Estoy de regreso después de una odisea con HIV y COVID-19.

  1. Querida Angie, no cabe duda que eres una mujer muy fuerte y tienes una familia muy especial. Me da mucho gusto saber que estás bien y que te estás integrando nuevamente al trabajo.
    Te extrañé y estaba a punto de escribirte, me quedé preocupada desde que informaste lo del VIH , pero no imaginé que hubieras adquirido el COVID, quizás tanto estress desde luego te abatió el sistema inmunológico y encima trabajas en un lugar de riesgos.
    Te mando un abrazo con mucho cariño y admiración!! Cuídate mucho nos haces falta.

    Saludos a tu hermosa familia y desde luego a Felix.
    Hasta pronto

    Julieta

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